Andras Schiff y Chopin (I)
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Frédéric Chopin, compositor y pianista, murió en 1849 a la edad de 39 años
András Schiff, un gran pianista de nuestra época, es también un gran admirador
del genio de Chopin y un convencido de su importancia como compositor de música para el piano
Tengo la firme convicción de que Chopin fue un compositor a la altura de los más grandes
al nivel de Bach, Haydn, Mozart, Beethoven o Schubert.
En el piano encontró su senda y su medio de expresión.
Si otros compositores necesitaron de otros instrumentos para ampliar sus horizontes
no fue ese el caso de Chopin, para quien el piano fue suficiente,
un caso único en la historia de la música.
La imagen común de Chopin es la de un
romántico algo huraño y extravagante.
Débil físicamente, y frágil...
agonizante... de tuberculosis...
muy sentimental.
En la vida de Chopin hay elementos sentimentales
pero en su música no hay sentimentalismo.
No es exagerado decir que después de Chopin
no se pudo volver a escribir música como antes.
Chopin revolucionó y transformó el sonido, la concepción
el enfoque y la propuesta en el piano.
Chopin nació en Polonia en 1810 y creció en la ciudad de Varsovia
que por aquella época estaba bajo la tutela rusa.
Su padre era profesor. Su familia vivía
en un amplio departamento en el centro de Varsovia.
Sus padres tenían talento para la música,
El padre tocaba la flauta y el violín
y la madre era particularmente musical
tocaba el piano muy bien y cantaba.
Sólo escuchando el piano y el canto, el pequeño Frédéric logró aprender bastante
de modo que sus padres se dieron cuenta muy tempranamente
del extraordinario talento musical de su hijo.
Es importante señalar que Chopin nunca recibió lecciones de piano
Su principal influencia musical provino de un maravilloso músico bohemio llamado Zywny
que no era pianista sino violinista y compositor.
El instruyó a Chopin en el respeto y el amor por la música de Bach y Mozart.
Más tarde, entró al Conservatorio de Varsovia, donde tuvo de profesor
a Joseph Elsner, un celebrado compositor de óperas,
quien estaba muy preparado para enseñarle armonía,
teoría, contrapunto y composición, pero no a tocar el piano.
De modo que el hecho de que Chopin se haya convertido
en uno de los más grandes pianistas, o el más grande, de todos los tiempos,
es casi un milagro.
Chopin revolucionó el modo de tocar el piano
Inventó nuevas digitaciones, barriendo con los dogmas anteriores
Estaba prohibido el uso del pulgar sobre las teclas negras
y simplemente decidió abandonar esto
lo que permitía moverse por todo el teclado con mucha mayor libertad.
Chopin reinventó el virtuosismo, que conocieron pianistas anteriores y también posteriores a él,
pero ninguno se las había arreglado para sentir
el mundo del piano con tanta poesía.
Cuando a Chopin se le pidió que describiera a qué sabía su música, contestó:
"Siempre tiene un elemento de zal": una palabra polaca que significa
tristeza, pena, remordimiento, nostalgia, melancolía,
a un grado que implica furia y rabia.
En sus sentimientos y en su corazón, Chopin no pudo haber sido más polaco.
Los veranos que pasó en los campos de Polonia están entre sus más felices recuerdos.
La música folklórica de Mazovia y sus primeras experiencias
con las mazurkas se quedaron en él para siempre.
Sus mazurkas son lo más característico,
su expresión musical más polaca.
Llegaron a ser su género favorito de música,
y atravesando su vida como un hilo conductor
mantuvo el contacto con su patria a través de polonesas y mazurkas.
A los 18 o 19 años, el joven Chopin se hallaba sólidamente afianzado
en la vida cultural y musical polaca.
Había escrito sus dos conciertos para piano
y como pianista y compositor ya era una celebridad nacional.
Había tocado para el zar de Rusia y para el gran duque Constantino
pero era obvio que Polonia se convertiría en un espacio muy estrecho para él
Necesitaba mejores oportunidades para mostrar su talento.
En noviembre de 1830 --tenía 20 años--
abandonó Varsovia en dirección a Viena con su amigo Titus.
Nunca regresó a Polonia
y debe haber sido un paso muy importante y difícil para Chopin
cortar el cordón umbilical con su patria.
Europa estaba complicada, política y económicamente
y algunos años después de las guerras napoleónicas
nada estaba resuelto.
Camino a París, escuchó las trágicas noticias,
el último alzamiento polaco contra la ocupación rusa
había sido aplastado.
Esta obra, el Estudio Revolucionario, fue escrito en aquellos momentos,
y contiene los pasajes más trágicos y dramáticos de la música de Chopin.
Chopin anota en su diario el más deprimente, desolador y desesperado de los gritos
sueña como en una pesadilla que su familia, sus padres,
sus hermanas, sus amigos, son ejecutados, asesinados, violados. Y grita:
Oh Dios, cómo puedes permitir esto que están haciendo los rusos, los moscovitas...
Tú debes ser moscovita, también.